jueves, 19 de enero de 2012

BATMAN LEGENDS OF THE DARK KNIGHT: VENOM by Dennis O'Neil & Trevor Von Eeden, Russell Braun





Venom es, en esencia, un cuento sobre cerotes ridículamente obsesivos, partiendo de allí, unas píldoras clandestinamente diseñadas para exponenciar la fuerza, la energía y provocar ceguera mental, resultan perfectas hipérboles. Este es un cómic que cumple la promesa principal de poner a Batman en situaciones de la gran puta, y es entretenido, toda historia en la que Batman se convierta en un adicto a los estupefacientes y se eche riata con un tiburón (!un maldito tiburón!) tiene que ser deahuevo. 

Por supuesto que todas esas amenazas extremas hacia el gran protagonista, me habrían resultado más palpables de llegar a sentir empatía por este Batman, pero este Batman es un ser humano espantoso y detestable. Es un mierda. Y no me refiero únicamente a su etapa de junkie, la cual obviamente habría de chingar su personalidad, sino durante toda la historia, aunque esto probablemente sea intencional. 





A huevos que, de existir un archimillonario que se disfrazara de murciélago para ejercer un tipo de limpieza social clandestina, en lugar de dirigir sus negocios, hacer filantropía full-time, casarse con una Kardashian o comprarse una manada de ñus para representar la escena de la manada del Rey León, solo que con los ñus modificados para emitir luces fosforescentes por los ojos, el piso de mármol, y 83,000 muñecas sexuales inflables hechas de cristal para ser destrozadas por los ñus, es decir mierdas normales, sería un tipo odioso. Pero, hay algo más en este Batman que no me gusta, me hace pensar que eso de combatir el crimen es más una entretención de niño rico, un hobbie demente, y que todo eso de "vengar la muerte de mis padres" son puras mamadas.




 
Cuando uno lee un cómic de Batman, hay que aceptar ciertas ridiculeces por default, los que crean historias del hombre murciélago saben que van a moverse en un amplio rango que va desde lo semi-realista con elementos ridículos (Nolan) hasta lo obscenamente absurdo (Schumacher). Lo importante es, quizás, definir en qué punto del prisma seriedad-chiste uno quiere ubicarse. 

Creo que ese es el problema con Venom, hay mierdas sumamente crudas y deprimentes como una niña que se muere, las adicciones, y hasta un par de fuckin parricidios.  Pero, al mismo tiempo hay mierdas cuyo grado de ridiculez harían que Ren & Stimpy dijeran "no, ya en serio, maduren muchá" como que Batman aviente una refri sobre un carro, que después de retirarse a la Baticueva por un mes para acabar con su adicción, aparezca con una barba y una greña como si hubieran pasado tres años, o que Alfred vaya a una isla caribeña con su uniforme de mayordomo (ese tipo de detalles, esa obsesión pisada de Alfred con su rol en la vida de Bruce, me incomoda, me hace pensar que la relación entre ambos es enfermiza y probablemente sexual... y enfermiza). En fin, todos esos cambios tonales en la historia son tremendamente confusos.






Hay dos cosas que casi ninguna historia de superhéroes puede desarrollar con dignidad: historias de amor, y entornos culturales "exóticos" creíbles y libres de estereotipos. En este caso, ocurren ambos simultáneamente... y el resultado es estúpido y racista. La mara va a Santa Prisca, una isla cercana a Haití, la cual es un narco-estado poblado, aparentemente, por mexicanos (esto no aparece acá, pero en la prisión de la isla creció Bane, cumpliendo, él y su padre, la condena de este último). Allí, un imbécil llamado Jimmy vive un romance con una local llamada Consuela. Consuela es tan mami que podría ser modelo de Victoria's Secret y Jimmy es un mamarracho que la enamora contándole en inglés el peor poema de todos los tiempos, luego le dice que quisiera decírselo en español, a lo que ella responde (¿Cómo putas sí entendió eso entonces?) que no importa, porque ella se conforma solo con oirlo hablar (aunque balbucee mierdas que no entiende y que igual podrían ser la colección completa de vocablos obscenos para referirse a la vagina), luego Consuela le pregunta dónde putas está su mamá, él le responde que muerta y ella asegura que "mi madre is dead too" (aquí me convencí de que el escritor pone en español las únicas palabras que conoce), y así, con el recuerdo de la muerte de sus madres como perfecto afrodisiaco se envuelven en un apasionado beso... el lenguaje del amor es una cosa, pero, esto, esto es una gran mulada.






Pero lo más extraño e incómodo de este cómic sucede cuando Batman (sí, ese mismo que se supone es el símbolo de la justicia y la honorabilidad) nada en las turbulentas aguas para rescatar a Alfred (con corbatín en medio del mar) de un puto tiburón, al mismo tiempo que en una lancha "dos nativos, vienen a observar la diversión, él los ignora", uno de los lancheros dice "mire, mire gringo" y el otro le pregunta si está húmedo. Alfred y Batman están sangrando, lo que atrae a otro par de tiburones, Alfred intenta acercarse al bote de los (supongo) mexicanos pero como unos verdaderos cerotes lo alejan con su remo diciéndole "gringo... !vaya!" "pero no con dios...", en fin, chingadera pura mierda y macabra, puesto que a Alfred lo viene persiguiendo un tiburón. 






Pero, eso no justifica que venga Batman y les volteé la lancha exponiéndolos a una espantosa muerte inminente, devorados por el más letal asesino que parió la madre naturaleza... !y además! les tire una de esas frasecitas imprudentes y chingonas marca Spider-Man, como: "si tienen repelente de tiburones, les sugiero que lo usen". 

Repasé la escena una y otra vez, pero no encontré motivos para que Batman (ese mismo héroe incorruptible y lleno de ideales) haga una cholerada así. Qué hijo de puta.





Puntuación: 5/10

Batmobile Points: !No hay batmobile maldita sea! 0/10




   





 




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