The Man who Laughs (2005) pretende ser una secuencia a Year One (la reinvención del origen de Batman), y a la vez, una continuación de los sucesos, narrados por el mismo Joker en Killing Joke, acerca de los extraños días que precedieron a su transformación (aunque dentro de esa novela gráfica, él mismo pusiera en tela de duda su historia, o lo que recuerda de ella). Y si Year One es, de alguna manera, parte del sustento de Batman Begins, de la misma forma, The Man who Laughs profetiza parte de lo que sería el batiorgasmo de The Dark Knight.
Por ejemplo, The Man who Laughs nos ofrece un Joker amenazante, implacable y metódico ... un Joker como el de Ledger. Acá su demencia no chinga su funcionalidad !Puta! La demencia del Joker, aquí es el motor de su funcionalidad. Incluso, al final me pareció que no estaba bien hablar del Joker como un demente... o al menos no menos demente que la sociedad a la que exhibe como si fuera el artista conceptual más hijueputa de la Historia. De hecho, creo que eso es uno de los más grandes aciertos de esta novela gráfica, logra emitir un juicio socio-político, generar una idea acerca de la doble moral bajo la que vivimos... este Joker no es simplemente un mierda, es un mierda intentando mostrarnos algo horrendo, exagerado, grosero... y real.
Aunque menos conceptual y sofisticado que The Killing Joke, acá también se ahonda en la percepción de que Batman y El Joker pertenecen a una categoría única de cerotes absurdamente psicóticos, con la misma delicadeza táctica, la misma incorruptibilidad y el mismo compromiso hacia sus misiones autoimpuestas, hacia el símbolo en el que infantilmente pretenden convertirse. En este sentido, todo el caos que rodea al Joker, es solo una imagen necesaria que nada tiene que ver con sus ordenamientos mentales.
Los diálogos son bastante simplones y básicos, como diálogos de gente aburrida en una oficina de cobros, a eso de las tres de la tarde de un martes mientras se comen una Laky Men a la que le echaron demasiada agua. Son los riesgos que se corren cuando se escribe un cómic que se toma a sí mismo demasiado en serio. Irónicamente (porque Batman es un cuento de ironías), lo único que aquí me pareció chistoso es que Batman le ande poniendo su símbolo a cada uno de sus juguetitos, al más puro estilo de la serie de los sesentas o de esa película con los pezones de látex, las esculturas de hombres mamados por todos lados, y los Arnold Schwarzeneggers con abrigos.
El dibujo de Mahnke no es genial, pero transmite bien la seriedad con toques de terror de la historia, especialmente, consigue crear atmósferas dramáticas en esos momentos de tensión (quizás lo mejor logrado de este cómic) en los que casi creí escuchar las composiciones de Hans Zimmer. De todas maneras, extrañé ver algún panel que me hiciera retroceder la silla, ponerme cómodo y estancarme en él como si estuviera viendo Miss Brasil Pageant y tuviera doce años.
Si aquí el Joker eligiera víctimas de manera random, o peor aún, eligiera a aquellos cuyas condiciones los hacen más propensos, de todas maneras a morir, supongo que daría la sensación de ser un simple bastardo desalmado. En cambio (ya que el Joker no mata por matar, sino como medio para emitir un mensaje trasgresor y generar pánico y caos), aquí elige a los ricos y poderosos como punto focal de sus retorcidos experimentos, de hecho, elige a aquellos ricos y poderosos que probablemente, como la novela lo sugiere, sean más dañinos en general para Ciudad Gótica que el mismo Joker, obligando a exponer la realidad de que sus muertes generan un mayor impacto que las de aquellos que el sistema coloca como dispensables, aunque como sociedad lo negemos. Entonces la fuerza del ordenamiento se levanta para proteger a los poderosos, a aquellos que no se supone que mueran así por así. Esto hace que me cuestione seriamente (!Es un fuckin comic cerote!) la supuesta ausencia de lucidez mental del Joker.
Probablemente el Joker sea el más lúcido de Ciudad Gótica... solo que sus métodos para exponer sus puntos son de un tremendo hijueputa.
Puntuación: 8/10
Batmobile Points: Prácticamente inoperante, dado que la historia transcurre a solo unos meses de que Bruce Wayne comenzara a practicar el vigilantismo como Batman, quizás sea este Batmobile un prototipo a partir de un auto deportivo, y no un modelo específicamente diseñado para hacerse mierda contra hordas de espectaculares criminales. 4/10
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