domingo, 8 de abril de 2012

!VARADOS FRENTE AL CHALET DE ARJONA! * Una historia de Semana Santa, que además es verdadera.




Volvíamos de San Marcos La Laguna la tarde del 5 de abril del 2012 con dirección a Panajachel, la alfombra del lago parecía tambalearse mientras iba escupiendo nerviosos patos negros, aparentemente agitados por la música que les proponían las gotas de lluvia. Extrañamente, al tratarse de la última de las embarcaciones públicas, ésta iba prácticamente vacía, además de nosotros cinco, el balsero y su hijo que hacía de ayudante la tripulación constaba de una estadounidense radicada desde hace tres años en Guatemala y que serenamente aprovechaba el trayecto para practicar algunas posturas de yoga, y una artista de San Juan que se dirigía a Panajachel para entregar un fascinante cuadro al óleo, específicamente un retrato costumbrista de un día de mercado visto desde arriba. Yo platicaba con esta última.

El trayecto era de rutina, el balsero, un hombre gordo y moreno con una camisa a cuadros que al estar abierta no pretendía privar al observador casual de una esférica sección abdominal, miraba con serenidad al cielo, desde varios minutos antes fundido en gradientes grises. La lluvia fue arreciando sutilmente como invasor elegante.

Los cinco posamos nuestra mirada en un precioso chalet de diseño escandinavo que descansaba junto a un cerro, pues Mónica (la única del grupo que vivía en Panajachel y por tanto nuestra guía por decisión unánime) nos explicó que era la casa de descanso de Arjona, ni más ni menos. Jose tomó una serie de fotos, las cuales me hubiera encantado incluír aquí en su calidad original pero lastimosamente (y le ruego al lector de este artículo por favor no decida dejar de leerlo inmediatamente después de esta razón, la cual de todas maneras como hombre que me consideraba práctico, no lo culpo si de entrada le parece absurda y risible) revisando al finalizar el día entre las fotos de lo que iba de nuestro viaje de Semana Santa... tan solo encontramos lo que se puede ver aquí, es decir, unas versiones misteriosamente distorsionadas de las imágenes.

El motor se apagó justo frente a la casa, probablemente a unos 500 metros. El balsero intentó retomar la marcha en reiteradas ocasiones pero fue en vano, supuso que había algún material obstruyendo el movimiento de las hélices, así que mientras su hijo le sostenía las piernas en la cubierta la otra mitad de su cuerpo se introdujo en el agua fría del lago e intentó liberar las palas. No había nada, por lo que rascándose entre las empapadas greñas al tiempo que encendía un cigarro resopló en evidente frustración. La lluvia ahora sí bajaba con fuerza desde lo alto del firmamento.

Jose, ingeniero mecánico y experto en turbinas y motores, se dirigió al balsero para intercambiar algunas probables soluciones, mientras que Negli y yo ayudábamos a la pintora a ubicar el cuadro y otros cinco más pequeños en medio de la embaración y lo más lejos posible de la irrespetuosa lluvia. Thelmix y Mónica esbozaban una conversación con la gringa, llamada Anne, dueña de un notable buen español, más en semántica y vocabulario que en pronunciación. Tras media hora, el balsero, Jose y el iPhone de Jose con sus múltiples motores de búsqueda, no habían conseguido hallar una solución práctica y funcional. Peor aún, para aquel momento la lluvia acompañada de un repentino viento, se habían hecho intratables, bloqueando la posibilidad de desmontar el conjunto.

Nos dimos cuenta de que desde hacía una hora (que era más o menos el tiempo que llevábamos varados) los relojes habían dejado de andar, acto seguido el smartphone de Jose perdió toda conectividad dejando de ser tan smart. Intenté sonreír con Mónica y pensar en algún chiste que pudiera alivianar lo que de a poco iba convirtiéndose en una situación preocupante, de habérseme ocurrido alguno igualmente no me habría atrevido a contarlo al ver los rostos pálidos y asustados de Mónica y Thelmix. Anne la Gringa, por mucho la más aventurera, mostraba mayor equilibrio emocional, se dirigió a la proa y extendió su mirada hacia la orilla, no dijo nada pero en su rostro entendí que barajeaba la posibilidad de nadar y aquel gesto me provocó un intenso escalofrío.

El chalet de Arjona parecía observarnos con sus dos inmensos ojos cuadrados de vidrio, en uno de ellos un decrépito comedor sin comensales, en el otro nada más que el lejano reflejo de nuestra propia embarcación en medio de la nada. Aquel edificio de dos niveles y de vértices violentamente rectos como pesadilla de Hundertwasser se iba colando en nuestra memoria, erguido como monumento a nuestra creciente impotencia y glorificándose en su ausencia de humanidad y su cruel lejanía, acentúada por lo que comenzaba a parecerme una premeditada cercanía letalmente seductora. A Thelmix se le entrecortó la voz cuando rompiendo el silencio confesó odiar aquellla casa... nadie le respondió, Negli (su hermano) tan solo la abrazó y se sentó a su lado. Todos estuvimos de acuerdo con sus palabras, horrendamente honestas y espantosamente serias. Incluso la pintora apretó fuertemente su óleo de metro y medio por metro y medio, como quien resguarda a un hijo pequeño.

Los azotes de la lluvia ya eran isoportables, y por sugerencia del balsero nos habíamos puesto nuestros chalecos flotantes, Jose aplicaba sus conocimientos de física para organizar una ubicación idónea de nuestros cuerpos en los asientos y colaborar al equilibrio de la lancha, su tecnicismo y excesivo rigor científico provocó un incómodo intercambio de expresiones entre él y Mónica, evidentemente cargado con dosis de tensión e impotencia.

Una bruma rosácea se elevó de las aguas, tiñiendo las gotas de lluvia en un efecto asombroso, probablemente pasaban ya de las seis de la tarde pues el manto de niebla ya no nos permitió observar hasta dónde alcanzaba a llegar aquel elemento sobrenatural que parecía tener su epicentro justo alrededor de la casa de Arjona. El hijo del balsero corrió con ingenuidad en dirección a la proa, estirando sus brazos en medio de los latigazos que le propinaba el torrente de lluvia, intentando capturar aquellos luminosos trazos rosáceos. Los demás solo nos mirábamos uno al otro, nuestro rostro iluminado por aquella bruma pero sin siquiera atrevernos a intentar explicarlo, no lo intentó ni la pintora de San Juan que había crecido conectada al lago y a sus efectos, ni Anne la Gringa que había vivido en una comunidad hare krishna en la Argentina y que seguía a un famoso hipersensitivo chamán ("shaman" como ella lo pronunciaba) de San Marcos, ni yo que crecí fan de los Ghostbusters, ni Jose el ingeniero mecánico, ni el smartphone de Jose que desde hace horas había dejado completamente de ser smart, ni Thelmix, ni Negli, ni una angustiada Mónica.

No sé por qué decidí llamar a mi hermana en la capital, tal vez solo quería cerciorarme de que aquella bruma (¿broma?) solo estaba ocurriendo en aquel espacio o quizás en nuestra mente, fruto de un creciente pánico colectivo... lo cierto es que la llamé y la escuché del otro lado, pero ella no me escuchaba a mí. Gretel (mi hermana) asegura que del otro lado del auricular tan solo se escuchaban canciones de Arjona.

Lo que va usted a leer a continuación, respetable lector, es una transcripción de la conversación que tuvo lugar durante los angustiantes minutos siguientes a mi llamada al celular de Gretel, copiada lo más feacientemente posible de la grabación de la contestadora. Por favor léala detenidamente antes de decidir si cree o no en lo que humildemente comparto con usted y que le aseguró es completamente cierto:

El Balsero: Mijo, !Véngase para acá!

El Niño: Pero papa !Mire qué chulo! 
              ¿Cuándo fue la última vez que vio las estrellas con el motor chingado?

Danilo: Muchá, ¿Creen que podamos nadar hasta la orilla?
              tampoco es una milla
             ¿O acaso es ingenuidad la mía
              ilusionarme con que tal vez sí podría?

Mónica: Sho Danilo, puta, en serio,
               a veces pienso que el silencio es su mejor lencería...

Thelmix: Y su peor lencería es su lencería

Danilo: Muchá pero si me gustan los whities qué

Thelmix: Pues yo odio los calzoncillos un poco más que a los armadillos

Negli: ¿Odiás a los armadillos?

Thelmix:  Puta no. No sé porque dije esa mierda,
                es como si fuera una voz interior
                que me habla sin hablar,
                que me hace decir lo que no quiero y puedo
                querer mientras no siga queriendo

Negli: Entenderte es recordar que es imposible...
            y que un whitie es deahuevo mientras no sea visible

Jose el Ingeniero: Mirá, de aquí pa´ allá hay unos quinientos metros,
                                y algo inexplicable dentro de mí
                                me está obligando a decir que de allá pa´ cá
                                es lo mismo... solo que sin serlo

                            La mierda es que si el chalet fuera la lancha sería la misma porquería,
                                yo miraría la televisión y esta explicación no existiría

Mónica: !Aaaaaaaaah yaaaaa shooooooo!
               ¿Qué putas le pasa Jose? Usted es ingeniero maldita sea
               Hay velociraptors en mi estómago del enojo que provoca

Jose el Ingeniero: Mujer inodoro

Negli: Tranquilos muchá.
            Puta, nadie va a nadar.
            En grupo venimos y en grupo
            hay que regresar
            regresar... regresaaaaaar

Anne la Gringa: Yo puedo nadar hasta el otro lado
                           quiero fugarme de mí para no estar aquí
                            ni en ninguna parte

Marta la Pintora: Yo que tú lo haría
                              !Qué maldición la mía!
                              aguantar a estos idiotas todo el día

Negli: Yo solo quiero comprarme un boleto de regreso al ayer

Mónica: ¿Para no subirse a esta lancha?

Negli: Para pedir un Desayuno Continental en lugar del Chapín

Jose: Pero pediste el Continental hoy en la mañana

Negli: Puta pero quiero uno también ayer

Jose: Yo quiero decirle a Jesús qué si está que aparezca

El Niño: (Sollozando) Yo tengo ganas de no tener ganas...
               de cagar

El Balsero: Mijo, aguántese.
                    Este no es el momento de pensar en eso.

El Niño: (Sollozando pero gritando desconsolado)
               !Como si fuese tan fácil suplicarle a mi cerebro
                que le ordene al intestino que le anule cualquier impulso
                así de simple y sencillo me pides que no tenga ganas de cagar!
                (Sigue sollozando)

El Balsero: Patojito cerote.
                   ¿Cuándo volverás a ser
                    lo que no fuiste nunca?

                    O sea un buen hijo

El Niño: (Sollozando más intensamente)
               Mi libertad no es otra cosa que una ramera

El Balsero: Como un bronceador en casa de hombres prostitutos que viven en Cancún
                    Asi de lógica es mi vida sin tí

Jose: Señor
           No se cague en su g
üiro
           Ponga a su g
üiro a cagar que es mejor
           Porque nótelo usted
           al querer defecar
           siente las mismas cosquillas
           que él sintió hace mucho más de veinte
           Nótelo así de repente
   
Thelmix: Simón. Viejo culero.
                Es usted la amalgama perfecta
                entre inconsciencia e ineptitud

El Balsero: Pues así se vive aquí les guste o no.
                     Y  la indiferencia a sus mamadas pone casa en mi cabeza,
                     y dan las seis con cincuenta...

                     Creo...                         

El Niño:  (Sollozando más relajadamente)
                El problema no es cagar en el barco,
                el problema es que me duele.
                El problema no es que me vean,
                el problema es que es feo.

Mónica: !Yiiiiiuuuuuuuk!

El Niño: Me confundes con piedra y yo soy humano
               Cómo hacer a un lado el pasado
               Me confundes contigo y yo si tengo ano

Mónica: !Yiiiiiuuuuuuuk!

El Niño: Si esto no es la muerte se le ha de parecer

Anne la Gringa:  Esta lancha maldita es un atleta sin pies
                             Órale cadáveres de momentos,
                             que no vuelven jamás,    
                             no hay reloj que dé vuelta hacia atrás

Jose: !Nooo Anneeee!
           Es un chingo de distancia,
            recordate que el amor es la arrogancia de aferrarse a lo imposible,

Anne la Gringa: !Al diablo la geografía se acabaron las fronteraaaaaaas!
                            (Se escucha un chapuzón, Anne se ha lanzado a las convulsionadas
                            aguas del lago)

Negli:  Nuestra soledad fue su venganza,
            aquí la encuentro a momentos
            aunque no sirve de nada

Thelmix: Se acaba de tirar, ridículo
                Allí va, echando verga contra las olas
                sola tú que estás conmigo
                 Y no te fuiste contigo....
                
                !Aaaaaaaaah, qué putas nos pasaaaaa!

* Durante unos diez minutos la intensidad de la tormenta hace imposible escuchar el diálogo.

El Balsero: Dicen que fue un pistón...

Danilo: ¿Quién putas dice?

El Balsero:  Yo. Yo digo que fue un pistón
                     Pero por alguna razón necesito
                     expresar la oración así

Marta la Pintora: Para vender intrigas, necesitas un cliente

El Balsero:  La mierda es que
                     Dicen que fue un pistón
                     hubiese dado mi columna vertebral...
                     por ver el motor andar
                     Después de hartarme un sanguich
                     hasta Panajachel
                     y sin voltear... sin voltear...
                     sin volteaaaaaaar

Jose el Ingeniero:   El pistón es la pieza,
                                 que se nutre de cerveza,
                                  Y al final siempre se va

Danilo: Come mierda... ¿De cerveza?

Jose el Ingeniero: Nel. Se nutre de gasolina o de diesel.

Mónica: Va. Ahora, no frunza el ceño Don David,

El Balsero: Pero yo no me llamo Do...

Mónica:  No importa.
                No frunza el ceño Don David,
                yo lo odio antes de tiempo.
                Y digame ¿Cómo está el trabajo Don David?

Thelmix: O sea, ¿Se puede arreglar esa mierda?

El Balsero: lo que me pidan puedo
                    si no puedo no existe
                     y si no existe lo invento
                     por ustedes

Marta la Pintora: ¿Entonces va a funcionar?
                              Porque, no me vea así, si hubo un culpable aquí,
                              Fuiste tú

Danilo:  !!¿Va a arreglarlo por la gran puta?!! (Descontrolado)
               Si me dice que sí, piénselo dos veces;
               puede que le convenga decirme que no.
               Si me dice que no puede que se equivoque;
                yo me daré a la tarea de que me diga que sí.
               Si me dice que sí dejaré de soñar y me volveré un idiota,
               mejor digame que no y deme ese sí como un cuenta gotas.
               digame que no,pensando en un sí

El Balsero: No.

Jose, el Ingeniero: En estas condiciones
                                 reparar el pistón es más difícil que encontrarse al sol de noche
                                 que entender a los políticos o comprar la Torre Eiffel
                                 más difícil que fumarse un habano en American Airlines

                                 Repararlo es más difícil que una flaca en un botero
                                 Que reparar un pistón en medio de una tormenta

Negli:
Reparar un pistón en medio de una tormenta
           es exactamente igual de difícil que
           reparar un pistón en medio de una tormenta

Danilo: !Esta situación es metafórica hasta la mierda! (hiperexcitado)

El Balsero: El problema no es que mienta,
                    el problema es que nos vamos a morir hahaha (desquiciado)
                        
                  Cómo encontrar en la caja de herramientas las herramientas que nunca traje
                  hahaha (demente)

Thelmix:  !Mierda de cerote!
                 Tiene cero en planeación,
                 diez en cagazón
                  y una beca en mis puños

El Balsero: El lago baila al son que le toquen sea Dios o el demonio
                    Sea Dios o el demonio.

                     Hahahahaha (psicópata) 

Marta la Pintora: !Ay por favor!
                              No estará pensando en nadar
                              Si la pelirroja
                              con más yoga que Madonna y el abdomen de Stallone
                               no sabemos si se pudo salvar
                                     
                                No insista en regresar a los treinta
                                con sus cuarenta y tantos encima
                                va a dejar los pulmones regados por donde camina
                                (en el agua, o sea nadar)
                                 y a acabar desparramado en el mar

El Balsero:  A ver si cuando esten solos
                     y ya no este papi y mami
                     a la hora de estar desnudos
                     Los salva el señor... Jesús

                     Hahahahaha (enfermo)

Negli:  Basura,
           ¿Cuándo fue la última vez que viste las estrellas
            con los ojos morados?

El Balsero: es como abrirle un agujero al tiempo....
                        
                    !O sea saber!  Hahahahahahaha (genocida)
                        
                    !Fuck you Todos!
                    (Se escucha un chapuzón pesado,
                    seguido de un jaleo épico, demencial y varonil)

Mónica:  El cadáver del minuto que pasó
                me dice su estrategia lo arruinó
                no queda más que ir aprendiendo a sobrevivir solos,

El Niño:  Mi papá es un cerote,
                apuesto a que sobrevive
                Pero no va a regresar nunca

                Le pego un moco a su ausencia
                Le orino en la pierna a la nostalgia
                Le pego un vergazo en la cara a su espacio vacío

Así termina la grabación. Si recuerdo bien, la tormenta cesó unos veinte minutos después, hambrientos, cansados y desesperanzados nos encontró una pequeña embarcación particular. Nos halló regados por la cubierta, abrazados grupalmente y tiritando de frío. El hijo del balsero llevaba los pantalones cagados.

En los días siguientes, por salud mental decidimos no comentar entre nosotros el suceso, y tan solo lo hicimos al enterarnos de que, ambos, Anne y el balsero habían alcanzado a llegar a la orilla con vida. Intentaron tomar entrevistas pero según la radio local tan solo se comunicaban a través de una jerga incomprensible basada en una interminable yuxtaposición de conceptos opuestos, dando resultados indescriptiblemente absurdos.

Fue hasta que volví de las vacaciones cuando me encontré con esta grabación y me atreví a publicarla, consciente de las repercusiones que la misma pudiera tener en un futuro en cuanto a la percepción de mi equilibrio mental por parte de la sociedad, no tengo miedo al respecto y reitero mi historia.

A fin de cuentas, cordura y locura son dos en uno... que al final no son ninguno.

Danilo Lara.

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