Agujeros de gusano por los que los aliens se han recorrido el espacio por milenios cual ruteros mayoristas mientras nosotros somos como nenes de casa que apenas nos estamos animando a ir por pan, esqueletos de cristal que están impregnados con la sabiduría de trece razas superiores y la hipótesis de que los visitantes en los ovnis no son (¿somos?) más que nosotros mismos viniéndonos a visitar desde el futuro, imagino con la melancolía de quien visita ruinas vivientes de su propia historia o con el tedio y pena de quien ve una película que ya vio con alguien que no la ha visto y lo ve preocuparse, comprometerse o ilusionarse con un final harto conocido. Lo anterior es una parte de lo que he estado sintonizando fervientemente esta semana en "La Semana de lo Desconocido" por el History Channel y que me ha estado revolviendo la mente. Ah la frontera final ¿Qué puede haber más fascinante? Las posibilidades de que : o estamos solos como raza privilegiada con el don supremo de la inteligencia y la capacidad de cuestionamiento de nuestra existencia o seamos solo parte de un gran buffet de especies inteligentes interespaciales que solo debemos encontrarnos para que construyamos centros de conviviencia que se parezcan a la cantina de "Mos Eisley". No hay nada más fabuloso que la capacidad de generar hipótesis,las hipótesis son como los juguetes mientras los hechos son como piezas de cerámica por lo que las hipótesis son mil veces más divertidas, entre hipótesis se viaja como en un túnel caleidoscópico sicodélico más vibrante que el de la secuencia final de "2001 : A space odyssey".